Los principales conflictos en esta extensa área del derecho, suelen dar lugar a juicios por diferentes temas, en los cuales por ejemplo las personas por diversas razones no pueden pagar sus deudas o créditos en casas comerciales, bancos o instituciones financieras, y estas, las demandan en juicios ordinarios o ejecutivos, para embargarles y rematar bienes; a veces se producen demandas por incumplimientos de contratos, como cuando alguien no paga el precio de lo que compró o deja de pagar las rentas de arriendo y se busca lograr su cobro o la liberación de la propiedad arrendada mediante un juicio de arrendamiento, llegando al lanzamiento; otras veces simplemente se busca expulsar de una propiedad a quien la ocupa por mera tolerancia o ignorancia de su dueño, como en un juicio de precario; también se busca recuperar una propiedad que se perdió injustamente ejerciendo acciones de dominio como la reivindicatoria; otro ejemplo es que podríamos necesitar realizar la división de una herencia en juicio de partición; otras veces queremos cobrar alguna indemnización por una daño que sufrimos, o alguna factura, letra, pagaré o cheque que no se nos pagó, etc. En fin, los juicios civiles pueden tener lugar por muchas razones, pero en todos estos casos, siempre está en juego parte o incluso todo el dinero o bienes de una persona, lo que llamamos patrimonio. Motivo por el cual una vez más resulta de total relevancia contar con el apoyo de un letrado, que impida la pérdida patrimonial, logre recuperar u obtener la justa ganancia o en el peor escenario minimizar al máximo el impacto negativo en dicho patrimonio.